Luz América B. T., conocida como 'Teresita', fue víctima de una agresión sexual brutal que le costó la vida.
El pasado miércoles 10 de septiembre, la Policía Nacional confirmó la captura de Wilson Q., presunto responsable de la violación y asesinato de Luz América B. T., una adulta mayor de 83 años conocida en su comunidad como ‘Teresita’. El hecho, ocurrido el domingo 7 en el cantón Déleg, provincia del Cañar, provocó una ola de indignación a nivel local y nacional.
Según reportes preliminares, el agresor habría irrumpido en la vivienda de la víctima por la parte posterior de la casa, aprovechando su vulnerabilidad. La mujer fue encontrada por un vecino, tras escuchar sus gritos de auxilio. Aún con signos vitales, fue trasladada de emergencia a un centro de salud, pero falleció camino al Hospital de Azogues debido a una hemorragia interna severa. En sus últimas palabras, ‘Teresita’ logró narrar parte de lo sucedido, aunque no pudo identificar a su agresor.
Los exámenes forenses revelaron que la víctima fue violentamente agredida con un objeto contundente, lo que le provocó lesiones internas fatales. La brutalidad del crimen ha generado conmoción en el país, especialmente por la condición de indefensión de la víctima.
Tras una serie de investigaciones, y gracias a información ciudadana, la Policía obtuvo una orden de captura contra Wilson Q., quien fue localizado y puesto a disposición de las autoridades judiciales. La formulación de cargos se realizó en medio de protestas ciudadanas frente a la Fiscalía de Déleg.
La comunidad, enardecida, exigió justicia inmediata. Muchos habitantes manifestaron su desconfianza en el sistema judicial ordinario y reclamaron que el sospechoso sea juzgado bajo los principios de la justicia indígena. La tensión escaló a tal punto que un grupo de personas ingresó a la Fiscalía, lo que obligó a la intervención de la Policía con gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
El caso de ‘Teresita’ ha reabierto el debate sobre el acceso a la justicia para las víctimas de violencia, especialmente mujeres y adultos mayores, y ha puesto nuevamente en la agenda nacional la urgencia de reforzar los mecanismos de protección y respuesta ante crímenes de esta magnitud.
La comunidad de Déleg no solo exige justicia, sino que clama por garantías reales de que estos actos no quedarán impunes.