Crisis en el correísmo: ¿se fractura la Revolución Ciudadana?
Guayaquil, 29 de mayo de 2025. La prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, se pronunció públicamente sobre la situación interna que atraviesa el movimiento Revolución Ciudadana (RC), tras la expulsión del legislador Sergio Peña. La líder política expresó su decepción y preocupación por el rumbo que ha tomado el movimiento fundado por el expresidente Rafael Correa, que en su momento fue la principal fuerza política del país.
En su cuenta de la red social X (antes Twitter), Aguiñaga escribió:
“Duele ver en lo que están convirtiendo a la Revolución Ciudadana. El movimiento que construimos con compromiso y esperanza, que fue la primera fuerza política del país, hoy se diluye entre egos e imposiciones”.
El mensaje surge en medio de una profunda crisis interna en el correísmo, donde varias figuras clave, como Luisa González y Andrés Arauz, arremetieron contra Sergio Peña por haber votado a favor del informe para el primer debate del proyecto de ley contra las economías criminales, una propuesta impulsada por el Gobierno de Daniel Noboa.
Expulsión y reacciones
Este jueves 29 de mayo, el movimiento Revolución Ciudadana confirmó la expulsión de Sergio Peña, calificando su actuación como una “traición” a los principios del bloque. Peña, por su parte, respondió con contundencia:
“Las manzanas podridas son las mismas que pierden elección tras elección”.
A esta tensión se suma el comentario de Aguiñaga, quien fue una de las figuras fundadoras del movimiento junto a Correa, y que hoy cuestiona el manejo interno, la falta de cohesión y el distanciamiento de los ideales iniciales.
“Esto ya no se parece al proyecto colectivo que defendimos”, lamentó la funcionaria, añadiendo que seguirá luchando desde cualquier espacio en el que se encuentre. Cerró su pronunciamiento con un llamado directo a la militancia:
“La RC debe reaccionar”.
Una división cada vez más visible
La expulsión de Peña y los cuestionamientos de Aguiñaga revelan un momento crítico para el correísmo, que desde las elecciones de 2023 ha enfrentado una pérdida de influencia y cuestionamientos sobre su liderazgo, estructura interna y capacidad de renovación. El movimiento, que en su momento logró mayorías absolutas, enfrenta hoy una lucha por el control interno y el rumbo ideológico.
Esta crisis también refleja las tensiones entre sectores que defienden una línea más pragmática frente al Gobierno actual y aquellos que exigen una oposición más radical y cerrada.